Pobre hombre



Cada pisada que hacía su planta se quedaba impresa en el paisaje, y sólo para asegurarse de que ahí no volvía a crecer nada de nada.
Acaso desolación.

Comentarios

  1. Hola Inopio. Como soy amante de la fotografía, y con tu permiso, me cuelo por tu blog para echar un vistazo y leer otro. Siempre acertado en ambos casos.
    Un saludo

    ResponderEliminar
  2. Cormoran -ya- viejo amigo, estás en tu casa, así que los permisos sobran...

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Siluetas que son nombres

POLÍTICA CUÁNTICA. Si Franco hubiera ganado la guerra...

Los 10 de Barcones