Recaudación
Contaba los céntimos al igual que los minutos y después echaba "la cuenta la vieja". Tantos minutos, tantas monedas deberían entrar en el delantal. Y cuando anochecida volvía ya para el chabolo, arrastraba sus penas con mayor dignidad que si la calderilla fueran millones.
Puerta del Sol, Madrid, 2006.
¡Qué bien sabes hilar historias a partir de tus excelentes fotos! Bravo, Inopio. Un saludo.
ResponderEliminar¡Gracias Sara!... uno hace lo que puede
ResponderEliminar¿Te das cuenta que el tuyo ha sido el primer comentario de este blog? (...lo active ayer). Así que gracias por partida doble. ;-)