Bye bye fiesta...



Tenía ojos azul marino y sonrisa de bella bellaca. Iluminada por un extraño don de políglota, dedicaba sus noches a la caza furtiva en ciertos abrevaderos donde los hombres aún tergiversan su apariencia ocultos en los claroscuros de su billetera.

Una noche me la encontré -apática y todavía altiva, sin querer pero queriendo- en ese cruce de caminos que la vida tiene siempre reservada a los jovenzuelos oportunistas como yo. 

Ahora, a mis 83 años, todavía me duele el trasero cuando me recuesto.

Comentarios

  1. Grande Inopio. Esos textos.... ¡Como me gustan y que caros los vendes!
    La foto chula. Me parece ver un ojo tuyo en uno de los reflejos, supongo que del espejo retrosvisor del coche con las gotas de lluvia en el, no?

    Un abrazo compañero en este 1 de Mayo obreo (yo no que no trabajo ja,ja,ja)

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  2. Ayy Cormo, escribir necesita dedicación y carezco de ella ;-)
    Gracias compañero, y no desesperes pues aunque el trabajo es un bien escaso, esto no puede durar mucho más.

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