El Orgasmo
Anteayer, según amanecía, oí unos ruidos que me sonaban por la terraza. Entonces salí para ver qué coño ocurría y sorprendí a la luna y el sol en pleno orgasmo matutino, con el Monte de los "Ánimos" y el Duero como testigos -yo creo que incluso al río le debió salpicar algo-. Lo que no pude fotografiar, pues obviamente no me dejaron, fue la verbena tan tremebunda que habían montado los trinos con las pajarillas ...-que qué jodías, ya han regresau-. Si se pincha para agrandar la foto se puede apreciar la verdadera magnitud del espasmo, pues la pobre instantánea no lleva ni un paupérrimo "comando L" de photoshop... Después de disfrutar ese momentazo, tan luminoso como efímero, llegan las tinieblas y pasan casi las 24 horas sin cruzarse ni la mirada. Y así casi todos los días...