El ángulo muerto
El fotógrafo ciego admiraba a través de otros sentidos lo que muchos miraban pero no veían. Entonces sacaba su Pocket Instamatic 10 y disparaba ahí donde su instinto le indicaba. Llegó a la fama y a vender muy caro hasta que un mal día vio la luz.
Jamás volvió a hacer una foto.
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"La realidad supera a la ficción" y esa frase tan manida aquí cobra cierta enjundia. Pinchando sobre el nombre te llevará a un vídeo de fotos hechas por invidentes... glup
El lado oscuro siempre es el de la emoción, la sensación, la creatividad.... Le cegó la luz!
ResponderEliminarMe ha encantado esta corta historia, Julián!
Ya sabes que lo velado, de toda la vida, ha sido mucho más interesante que lo explícito. Supongo que será porque cuando no tenemos ojo, la Imagen siempre tendrá a la Imaginación ...(mucho más rica y productiva, por otra parte :-)
ResponderEliminarGracias Gerda, todo un placer que te gustara...
Hola Inopio. Gran relato, como todos los tuyos. Con gran mensaje, casi infinito y aplicable a casi todo lo que nos rodéa. La sencillez que se ve con ojos de niño, sin maldad, ciegos a la realidad que nos rodéa. Una vez que se habre esa luz de la realidad de la vida, nos cegamos, sin embargo, ante el ansia de poder de lo social y lo económico
ResponderEliminarMe alegra saber de ti, Cormo.
ResponderEliminarPues sí, y aunque la luz en la fotografía lo es todo, en la vida lo es más, sobre todo si a uno le ciega...