El patio del "Machado" fue particular

El patio grande del "Machado" fue el campo de batallas desde mi niñez hasta bien entrada la adolescencia y hoy, casualmente, me he vuelto a percatar de su presencia. La verja aquella de grandes láminas verticales de hierro, que doblamos para poder escapar en los recreos, ya no estaba, pero todo lo demás sí.
Hasta yo me he visto ahí metido, enzarzado en una desigual batalla contra cierta melancolía que me asaltaba, y que ha hecho darme cuenta de que en ese particular patio, tan lleno de claroscuros como de complicidades, aprendí mucho más de lo que necesitaba para enfrentarme a los retos que me ha ido ofreciendo la vida que todas las aulas juntas a las que asistí y que, aún hoy, lo mantienen rodeado.

El imbatible equipo de minibasket del Machado. 1970
Arriba, de izquierda a derecha: José Antonio Ruiz Jiménez, Tito Carazo, Vicente (el ciego), ¿un Ceña?, el Tío del Rubén "el cochino".
Abajo: Mariano Dolado Bonilla, el del estanco, Julián de la Mata, Alfonso de la Merced, Abílio Pérez Milla y José María Angulo Vela (el Kaputo).

Comentarios

  1. Pues no me cuesta nada, Julián, así que ahí le he dao!!!!, faltaría más....

    mmmm...los patios de colegio!!... Yo recojo a diario a mi hijo en el mismo patio en el que yo jugaba, urdía, reñía, me caía y me levantaba....

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  2. ¡Querida Gerdaa! ...pues cuanto agradezco tu generosidad y, por supuesto, tu entretecla. ¡...Y qué buenos eran los suelos de los patios, eh! Seguramente os mejores que hemos probado. Descarnados pero pedagogos (y de ahí para abajo no pasábamos :)

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  3. Mi querido Julián, que ya te me pones nostálgico del colegio, te estás haciendo maravillosamente viejo, jajaja!!!!
    Hablando en serio, creo que me pasa lo mismo. Era otro colegio y otra ciudad, pero esa misma edad en la que eres una esponja ante las sensaciones de la vida.
    Un abrazote

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  4. En la actual verja del "Machado" se distingue una especie de cruz. No se bien si para que no entren, o no salgan los "malos" espiritus.
    Como bien dices, se aprende más en esos patios que en cualquier aula. Aunque ni los patios ni las calles de antes son como las actuales ¡Qué te voy a decir que tu no sepas!
    Un abrazo Inopio

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  5. Ni las calles ni los ríos ni las gentes, aunque sigan siendo ellos, son los mismos, Cormo.
    Ésa es, menos mal, la vida.
    Me alegro de tu ciberregreso amigo.

    Jeje, gracias Luis, pues en parte llevas razón, aunque quiero pensar que no es viejo, sino en anciano algo cascarrabias lo que me está queriendo hacer la vida, que no yo...;)

    Salú

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